lunes, 7 de mayo de 2012

El imprevisible Pedro

        El imprevisible Pedro.                                                              

“Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.” Jn 18:10. Pedro fue el único que reacciona cuando su maestro iba ser preso, su impulsividad hizo que cortara la oreja del soldado. Probablemente había heredado ese fuerte temperamento de sus padres, pero ahora era el momento de heredar el temperamento del padre celestial, que son el controle proprio e la mansedumbre.
Pedro quería resolver la situación utilizando la fuerza la violencia y agresión. En esta actuación tornase muy notorio la bravura y valentía de un gran líder dispuesto a utilizar la fuerza para librar a su maestro y salvar su iglesia, a la vez tornase visible una mala conducta contaminada por ira, y descontrol emocional.
Jesús le reprende, y le enseña que tiene el control de la situación. Compasivamente Jesús cura al soldado, demostrando que la piedad es mejor que la violencia.
Debemos comprender y reconocer que los mejores hombres pueden tener debilidades de carácter. De todos los dirigentes de la iglesia primitiva que deberían haber comprendido el propósito de llevar el evangelio a los gentiles, Pedro era el más responsable. Dios le había dirigido milagrosamente al encontrarse con Cornelio, lo cual debería haber sido prueba convincente de que los gentiles deberían ser incluidos en la fe cristiana.
El proprio Pedro se había dirigido elocuentemente al Concilio de Jerusalén y había convencido a la asamblea para que escucharan pacientemente a Pablo y Bernabé con respecto a su obra entre los gentiles (Hech. 15:7-11). Durante el concilio, el Espíritu Santo dirigió a los apóstoles para aceptar el hecho de que no debían obligar a los gentiles a obedecer la ley ceremonial judía.
Una de las intervenciones que mejor es presentada la coordinación de Pedro destacase la del Concilio en Jerusalén, “Después de mucha discusión, se levantó Pedro y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis que desde los primeros días, Dios escogió de entre vosotros que los gentiles oyeran por mi boca la palabra del Evangelio y creyeran…”. (Hch. 15:7-11). En este relato el apóstol Pedro vendo una gran discusión relacionada a la discriminación de los gentiles, interviene de forma muy categórica y en el siguiente verso vemos la reacción de los que allí estaban: “Entonces toda la asamblea calló.” (Hch.15:12a).
En la primera época de la iglesia (Cap. 1–12 de Hch.), Pedro asume como el vocero del grupo apostólico, pero no hay indicación alguna de que asumiera algún tipo de autoridad que no ejercieran también los demás apóstoles.
Pedro sin sombra de dudas fue y sigue siendo un gran ejemplo de servidor eclesiástico, aunque haya cometido algunos errores, jamás desistió de su compromiso con el evangelio, hizo tan bien su trabajo bajo el deseo y la voluntad del Señor, que las personas expresaban respecto y reconocimiento a él como buen administrador de Cristo: “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.” (Hch 5:14-15).

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