Teología del altar de sacrificios
¿Como podemos definir una
teología en el ámbito del altar y su importancia? Toda la realización ceremonial
en el contexto del altar de sacrificios llévanos a un pensamiento, a una
comprensión del verdadero plan de salvación ya establecido por Dios desde un
principio.
La adoración de Israel tuvo
profundas raíces en las narrativas patriarcales y fue un desarrollo natural
(por dirección divina) del sistema sacrificial patriarcal. El santuario
israelita preservó el sacrificio básico de la adoración patriarcal, el
“holocausto” como su sacrificio fundacional (Exod 29:38-42). El altar
sacrificial retuvo el nombre “el altar del holocausto” (Exod 30:28; 31:9;
etc.). Así el culto del santuario-templo estaba contenido en la adoración
religiosa previa de los antepasados de Israel. Es un ejemplo de revelación
desplegada. Se puede ver en el santuario en el Sinaí una progresión en la forma
de adoración, que reveló más plenamente el propósito de Dios.
El altar de sacrificios en sus
diferentes periodos y en su total progresión tenía un objetivo claro,
establecido por Dios para que el hombre entendiera el verdadero y real
sacrificio.
Cuando pensando en la
tipología del altar, de inmediato surge la pregunta: ¿Eran realmente necesario
todos estos ritos ceremoniales? ¿Cuál era la finalidad de del altar de sacrificio?
“Los actos sagrados o cerimoniales del culto consistían principalmente
en sacrificios u ofrendas (…). – Estos sacrificios, impotentes por si mismos
para purificar la conciencia (Heb. 10:4), servían al menos para mantener en los
israelitas el sentimiento del pecado (Heb. 10:3), y eran tipos o símbolos proféticos
del sacrificio verdadero y único eficaz que Jesucristo debía ofrecer por los
pecados del mundo (Juan 1:29).”[1]
Cuando Jesús vino como
cordero, Él fue sacrificado en el altar del Gólgota y derramó su sangre como
libación. Al subir a los Cielos, el
Espíritu Santo é enviado, y Este pasa vivir en el interior de todos aquellos
que aceptan a Jesús como Señor de sus vidas.
Pasamos a ser el
santuario vivo del Dios altísimo. Pero no podemos olvidar que los principios
continúan los mismos:
1.
Adoración tiene que ser natural y espontánea
2.
El altar de Dios (que somos nosotros) debe de estar en
santidad (una vida de santidad).
“El altar de los holocaustos proclamaba la necesidad de una
propiciación.” [2]
Cristo es la razón del
culto levítico. Todo el sistema ceremonial señalaba a Cristo, su sacrificio y
su sacerdocio fueron representados por todo el Antiguo Testamento. Todos los
símbolos debían ser realizados hasta que se cumpliera en realidad de la muerte
de Cristo, El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Conclusión
Toda la obra del Señor es
perfecta, cuanto más conocemos de ella, más nos damos cuenta de la exactitud y
la precisión como se realizan en todas las cosas. El en altar de sacrificios
podemos ver esta obra tan perfecta de rescate al hombre caído. Dios no solamente
se preocupó en rescatar al hombre, sino que también busco el mejor medio para
hacernos entender su plan de salvación.
El altar es el punto
central de la adoración y celebración al Dios de Israel. Una definición mas objetiva
y directa del altar de sacrificios con base en todo lo que ya hemos visto
podemos presentar en la siguiente sita: “No
es un objeto neutro o pasivo. Sino que tiene, en medio de la asamblea
cristiana, una decisiva función simbólica, como plasmación del lugar donde se
hace efectiva la venida de Dios hacia nosotros y nuestro camino hacia él. Sin
duda vale la pena reflexionar y profundizar sobre la riqueza de significado que
en él se concentra.”[3]
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