domingo, 20 de mayo de 2012

¿Qué valor tiene un plato de lentejas?


¿Qué valor tiene un plato de lentejas?
Gn 25:19-34

Isaac y Rebeca no tuvieron una acción sabia a la hora de amar sus hijos, de manera que eso influjo que los niños creciesen con serias diferencias, que más tarde llevaron a tomar decisiones con consecuencias de extrema gravedad. El favoritismo de ambos padres fue el gran mal presente en la vida de los gemelos. Isaac favorecía a Esaú por poseer una gran postura de fuerza y valentía y claro su caza era deleitosa a su boca.

Podemos ver con claridad la perspectiva escatológica hecha por Isaac con relación al futuro de su hijo Esaú, el deseo de Isaac como padre era ver su hijo valiente, guerrero un líder que pudiera dar protección al hogar, a la familia y a su vez seguir cuidando de sus negocios.

Rebeca diferente a su marido, tiene otra perspectiva con relación al futuro, ella encontraba más afinidad con su hijo Jacob, que poseía una personalidad más tranquila, también por su presencia en el hogar y daba más importancia al trabajo doméstico. Veía en el un hijo presente, que le importara la relación cercana, que tuviera capacidad de aceptar sus consejos.

“Desafortunadamente su favoritismo la llevó a los extremos.  Ella estaba tan celosamente interesada en el futuro de Jacob, que se propuso a idear un plan sin escrúpulos para que éste tuviera ventajas sobre su hermano mayor.  Pudo haber sido motivada por la palabra del Señor de que "El mayor servirá al menor" (v. 23).  Pero su problema fue que ella estaba muy preocupada en tomar el asunto en sus propias manos.  En lugar de poner el futuro en las manos de Dios.  Los buenos motivos no justifican las acciones equivocadas.  Los fines no justifican los medios.” 

De igual modo el texto nos deja a pensar que ambos padres no tuvieron una visión general de todo que ya habían pasado con la imposibilidad de tener hijos, tampoco con la promesa de Dios de ser los padres de una gran nación, así que tanto Isaac como Rebeca limitaron su visión escatológica a sus propios intereses y no pudieron confiar  en que Dios estaba realmente al control.

Jacob y Esaú a su vez tuvieron una conducta no muy diferente que las de sus padres, actuaron únicamente pensando en sus propios deseos según sus propias conveniencias. Esaú se limitó al deseo momentáneo, lo que para él era importante y no a lo que Dios importaba. Jacob fue mas lejos, busco la satisfacción de sus deseos también personales, pero con una visión más amplia hacia el futuro, lo que no le quita de ninguna manera sus actitudes erróneas y sin el consentimiento de Dios.

Conclusión
¿Cuál es el “plato de lentejas” de nuestra sociedad?  La mayoría de las personas en nuestros días viven únicamente para satisfacer sus deseos carnales. Cambian una vida saludable por satisfacer deseos momentáneos y pasajeros, sacrifican sus mentes en cosas vanas, rechazan el Cielo e una vida de santidad por un corto periodo de “placer” en esta tierra. Del mismo modo que Esaú comprendió el gran error que había hecho en la decisión precipitada que tomará cuando ya no había tiempo para recobrar lo perdido, así también con la humanidad ocurrirá en el día del juicio, a los que han trocado su herencia celestial por la satisfacción de goces egoístas.

El escritor bíblico nos advierte que hay consecuencias del pecado que no se pueden solucionar ni con lágrimas.  Por eso, constantemente debemos procurar vivir en armonía con la voluntad divina. Somos tentados todo instante, y en el momento de nuestra probación, tratémonos de mantener viva nuestra esperanza, confiando que Dios esta en el control recordémonos a esta pregunta: ¿Qué valor tiene un plato de lentejas?

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