Jesús Reforma la Mentalidad
“Cristo
frustró esas esperanzas de grandeza mundanal. En el sermón del monte, trató de
deshacer la obra que había sido hecha por una falsa educación, y de dar a sus
oyentes un concepto correcto de su reino y de su propio carácter. Sin embargo,
no atacó directamente los errores de la gente. Vio la miseria del mundo por
causa del pecado, aunque no delineó demasiado vívidamente la miseria de ellos.
Les enseñó algo infinitamente mejor de lo que habían conocido antes.” (Ellen
White. DTG, p.176).
Jesús define la real importancia de las cosas, busca el
verdadero sentido en las diferentes acciones que componen la conducta del
cristiano, Jesús se empeña en interiorizar en la mente de sus oyentes que, lo que realmente vale no es simplemente el hacer sino el hacer y como se hace.
Jesús aborda las diferentes acciones comunes del pueblo
de Israel, con el propósito de transmitir el verdadero valor en cada una de
ellas, es donde Jesús transmite de forma contundente sus ideales.
“Así que, todas las cosas que queráis que los
hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto
es la ley y los profetas.” (Mat 7:12)
Con
todas estas declaraciones de Jesús, podemos definir que la ley no puede estar
limitada a unos mínimos, con todas y cada una de las lecciones que Él trata en
este discurso vemos la importancia de un espíritu humilde, una conducta
honesta, una mentalidad justa y completa en la verdad. Las palabras de Jesús
nos hacen entender la necesidad de una reforma en nuestra mentalidad, de estar
en comunión con el Padre y así lograr un corazón enraizado en el amor.
“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor.” (Jn. 15:10)
Aquel que acepta la gracia
salvadora, debe también hacer la voluntad del Padre (Mat.7:21).
“Cuando la ley se tiene en poco estima vemos
un síntoma de condición ignorante y enfermiza en materias de religión.”[1]
“La fidelidad se entiende de modo intensivo y
extensivo, en calidad y totalidad. Es insuficiente el legalismo, que se
contempla con guardar preceptos; pero el discípulo no puede se negligente en la
práctica de su compromiso.”[2]
CONCLUSIÓN
¿Es fácil ser creyente? ¿Es fácil cumplir la ley de Dios
y hacer su voluntad? ¿Es fácil perdonar a alguien que nos hace daño? ¿Es fácil
alcanzar los ideales que Jesús nos propone? Sufrimos constantemente en nuestra
vida la presión del pecado, pasamos por perdidas de personas al cual amamos,
somos ofendidos, sufrimos desilusiones amorosas, en muchas ocasiones tenemos
que luchar contra nuestros propios deseos carnales, sufrimos el gran conflicto
entre la razón y la emoción. Buscamos una y otra vez hacer la voluntad del Señor y fracasamos,
volvemos a intentar y otra vez caímos.
Cumplir la ley del
Señor y sus ideales no son difíciles sino que muchas veces cedemos a las
influencias negativas del mundo. El llanto es algo común en este planeta y
estará “siempre” presente en la vida de aquellos que desean cumplir la voluntad
de Dios. ¿Entonces como hacer la voluntad de Dios y cumplir los ideales que
Jesús nos propone? La respuesta no es ningún secreto, muchos de nosotros ya
conocemos, es tener Jesús siempre presentes en todo que hacemos, es vivir una
vida donde nuestros pensamientos estén basados en el amor, de está forma Jesús
gravará su Ley en nuestro corazón.
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